Las costumbres de nuestros estudiantes en Navidad
La Navidad en Galicia está muy ligada al solsticio de invierno, momento en el que las horas de luz son escasas, ya que el sol está en su momento más bajo. Más tarde la Iglesia establecería una fecha cercana a ésta como fecha para la celebración del Nacimiento de Jesús, como forma de que poco a poco los fieles prestasen menos atención a sus costumbres paganas.
Al amanecer y con el sonido de la gaita se inicia esta celebración, donde la comida y la bebida son los protagonistas de la jornada. Esta fiesta, -que se celebra en lo alto de la montaña-, dura todo el día y toda la noche hasta el comienzo de un nuevo día.
Durante esta festividad se quemaba un tronco, que ardía lentamente en honor al nacimiento del nuevo sol, y a cuyos carbones se les atribuía propiedades mágicas. Hoy en día, esto forma parte de las costumbres navideñas de Galicia, -llamada Tizón o Cepo de Nadal-, y sus cenizas se echan al fuego en los días de tormenta para proteger la casa de los rayos.
De esta tradición también proceden los dulces con forma de tronco, -ya sean de chocolate o de mazapán-, que se degustan en estas fechas.
Mucho antes que Papá Noel en Galicia existía la figura del Apaldador, -que hoy en día está en vías de recuperación-. El apaldador es un gigante, de oficio carbonero, que vive en las montañas. En Navidad bajaba a las aldeas para tocar las barrigas de los niños y niñas y comprobar si estaban bien alimentados. Antes de marcharse y desearles un buen año, les dejaba un puñado de castañas asadas.
Y por supuesto, ¿qué es una Navidad sin cantar un villancico? Las “panxoliñas”, -como les llamamos aquí-, también están presentes en estas fechas.